El mail o los SMS pueden ser herramientas saludables para los padres separados que deben dialogar sobre sus hijos, pero prefieren no verse.Es probable que la mayoría de las parejas divorciadas prefieran no verse las caras nunca más. Pero cuando se comparte la custodia de los hijos el interminable tira y afloja permite suponer que se producirán ciertos encuentros frente a frente. Pensemos si no en el intríngulis de las vacaciones, en quién va y quién no al cumpleaños de Lucy, y en los "Maxi se olvidó otra vez la tarea en casa de papá". O en esos endiablados contratiempos que pueden surgir si mamá, por ejemplo, decide que en su casa se come kosher, pero en la casa del padre los chicos comen sándwiches de jamón. O cuando el nuevo novio de mamá de pronto se queda a dormir una de esas noches en las que los chicos "le tocan a ella".
Primero hay que decir que por bien coordinados que están los ex parejas aún padres, lo más probable es que se produzcan llamadas telefónicas que terminen en llanto, ásperas discusiones en el momento de pasar a buscar a los hijos y peleas a los gritos, porque no se está ahorrando lo suficiente para enviarlos a la universidad, todo ello, muchas veces, con los chicos ahí presentes.
Todo eso podría evitarse, por supuesto, si no hubiese necesidad de ponerse a tiro. Y eso es precisamente lo que ocurre en nuestros días, ya que la fría distancia que impone la tecnología está ayudando a atemperar la rapidez de diálogo entre las ex parejas. Según la opinión de los abogados especializados en divorcios y de los propios implicados, manejar los detalles a través de la tecnología ha significado un gran avance en ese sentido.
Es una custodia compartida y a distancia. McGillivray es una estilista de moda de Minneapolis que quedó inmersa en una disputa con su ex por la custodia de su hija, que ahora tiene dos años.
"Por lo general, cuando uno termina con alguien, no está obligado a volver a verlo todo el tiempo -dice McGillivray-. Pero yo tengo que verles la cara a mi ex y a su novia actual varias veces por semana. Él seguirá estando presente en mi vida por lo menos durante 17 años más."
Según McGillivray, cuando ambos se ven las caras la cosa termina inevitablemente en una pelea, así que ella decidió mantenerlo a una segura distancia electrónica. "Cuando tenemos que ponernos de acuerdo por algún tema de nuestra hija, normalmente nos comunicamos por mail. Horarios, quién la pasa a buscar, quién se ocupa si se enferma: todas esas cosas las resolvemos por mail. Ni él ni yo queremos pelearnos enfrente de nuestra hija, y por más que intentemos evitarlo, nosotros sabemos que igual va a ocurrir", dice.
Es comprensible que la mayoría de la gente prefiera no cruzarse con la persona a la que probablemente decidió abandonar. Si uno no se llevó lo suficientemente bien con alguien como para seguir casado, nada indica que después del divorcio las cosas vayan a mejorar.
"La gente no quiere hablar con sus ex porque hasta el sonido de su voz les resulta irritante", dijo Randy Kessler, presidente del Departamento de Derecho de Familia de la Asociación Norteamericana de Abogados y especialista en derecho matrimonial de la ciudad de Atlanta. "Pero pueden mandarse un mail. Pueden compartir un calendario online . Pueden utilizar una gran variedad de recursos que brinda Internet. Hasta existen aplicaciones para divorciados."
"Definitivamente, el mail hace desaparecer el fastidio de verse cara a cara y el costado emocional de la custodia compartida", afirma Luboc Stark, abogado de divorcios de Manhattan. "Alcanza con escribir: «Quiero pasar a buscar a Kimmy a las 5, pero estoy demorado y no voy a llegar hasta las 6». Es una gran solución."
Esos arreglos se vuelven cada día más necesarios. A diferencia del estilo Kramer vs. Kramer de la década de 1970, cuando la custodia se otorgaba casi por defecto directamente a las madres, los actuales acuerdos de "familia binuclear" posteriores al divorcio suelen ser mucho más igualitarios entre los progenitores. En Estados Unidos, casi todos los estados ofrecen alguna alternativa legal de custodia compartida, que suele ser la norma. Y si bien las leyes varían mucho entre un estado y otro, la custodia física compartida es cada vez más común.
"En la década de 1980, uno veía a papá los domingos y tenía su "cajita feliz" y su helado en cucurucho", dice Leslie Barbara, abogada asociada del Departamento de Familia y Matrimonio. "Ahora es todo más unisex, y tanto el padre como la madre tienen su propia esfera de influencia. Se arma lo que se llama un «calendario de acceso compartido» y están los «coordinadores parentales» que ayudan a organizarlo."
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